Las negrillas, citas en bloque y separación de algunos párrafos son nuestros para efectos de estudio.
Para nosotros, la Sociología Criminal es la rama de la Sociología que estudia el crimen y consecuentemente al criminal como un hecho social. En el tratamiento del problema de la criminalidad, existen medidas sociales de implementación inmediata, que normalmente son las represivas y las mediatas, que normalmente son las persuasivas. Las primeras tienen un contenido policial y probablemente militar cuando la criminilidad tiene forma de epidemia o pandemia social. Las segundad tienen un contenido económico y de movilidad social que genera estabilidad material y consecuentemente estabilidad espiritual. Los planes policiales solamente son eficaces en el mediano y largo plazo y también, en muchas ocasiones en el corto plazo, solamente si van vinculados a un efectivo plan de desarrollo económico y social.
Tomado de:
http://www.elprisma.com/apuntes/curso.asp?id=4965
Sociología Criminal
Por: Plutarco González
Universidad Abierta
Contenido
1. Presentación
2. Definición y concepto de Sociología
3. Consideraciones sobre Sociología Criminal
4. Endógenos y exógenos
5. Breve comentario de la familia
6. Resumen
7. Bibliografía
1. Presentación.
Desde el momento mismo del nacimiento,
nuestros padres juegan un papel importantísimo en la formación de nuestras vidas ante la sociedad, pues se carece de un criterio propio en los primeros años de la existencia, esto aunado a otros factores externos como son los de orden económico y social.
Tuve la oportunidad de estudiar una de las carreras universitarias mas interesantes y de enorme trascendencia social,
porque el Derecho nos proporciona armonía y convivencia apegándonos siempre a los valores morales y de justicia;
Este trabajo trata de llevar a cabo un estudio respetuoso sobre sociología criminal, pretendiendo ser considerado no sólo como un testimonio veraz de lo que ocurre con las víctimas del medio social, sino como un estudio que pretende señalar los defectos y poner de conocimiento hechos que de mantenerse, podrían llevarla fácilmente a la corrupción y a la destrucción de su propia personalidad, al trauma psíquico, a la destrucción familiar o a la muerte violenta, todo esto con repercusión en la colectividad.
El problema aparece vinculado generalmente a problemas desde la misma infancia del individuo, conocer este peligro representa, si se detecta a tiempo, la posibilidad de eliminarlo.
Esta conclusión puede aplicarse en general a todos los delitos; la valorización de que han sido objeto estos delitos, ha sido variable a través de todas las épocas.
Sus valores y restricciones se hayan estrechamente vinculados a las condiciones de vida.
Este trabajo que con toda humildad he pretendido realizar con el fin de cumplir un deber de tesis necesaria para el examen profesional, no va mas allá de la sencillez que de quien esto escribe, pues si quien lo hace profesionalmente está expuesto a la crítica severa de sus lectores, quien lo hace como yo, como una obligación académica, lleno de nerviosismo espera la indulgencia de los que amablemente se sirvan leerlo y cuestionarlo.
2. Definición y concepto de Sociología
Son muchas las definiciones que se han ensayado con el objeto de delimitar el concepto de Sociología: Littré, la define como la “ciencia del desarrollo de las sociedades humanas”.
Max Weber, como una ciencia que se propone entender el obrar social interpretando su sentido. Bouman la define como la “ciencia de la vida humana tal como se desarrolla en grupos u otras referencias sociales”; otros autores la denominan sencillamente “ciencia de la sociedad” o “ciencia de las sociedades”. Augusto Comte, su creador, la ideó a la manera de una “física social”, que se encarga del estudio de las entidades sociales, de las sociedades humanas tal y como son, pero no como debieran ser, esto es, prescindiendo de todo juicio de índole normativo o axiológico, a la manera de las ciencias naturales, causales explicativas, que se caracterizan por el empleo del método denominado “positivo”. Quiere esto decir que la Sociología no pretende encauzar en forma alguna la vida de las sociedades, sino realizar el estudio ordenado, sistemático, científico, de los fenómenos sociales - de los cuales el delito es sin duda el más grave e inquietante - de la misma manera que la física se encarga de estudiar la mecánica de los cuerpos, y la química las combinaciones y reacciones de las substancias.
3. Consideraciones sobre Sociología Criminal
La sociología criminal es una ciencia todavía en gestación; todos los ilustres sociólogos han expuesto hasta atrevidas teorías pero todas ellas tienen un fondo de incertidumbre, sobre todo cuando tratan de enumerar las verdaderas causas de la criminalidad. Algunos autores sostienen que en el acto criminal entran un complejo de factores algunas veces difíciles de determinar.
Otros como Lombroso dicen que la causa del acto criminal está constituida por las condiciones anómalas del criminal; para Maxwel, esa causa consiste en dos elementos: individuo y sociedad, otros sostienen que es la falta del libre arbitrio, y por último, hay quienes digan que las únicas causas de la criminalidad están constituidas por la suma de las tres categorías de factores estudiados.
Manzini nos dice que la
“Sociología Criminal es la ciencia descriptiva que realiza la historia natural de la delincuencia”.
“En su rama biosociológica, la Sociología Criminal estudia los caracteres individuales del delincuente, con el fin de determinar las causas del delito y su grado de temibilidad social; en su rama jurídica, estudia la legislación preventiva y represiva de la delincuencia”.
Según su fundador, Enrico Ferri, la sociología criminal es una ciencia de observación positiva que, fundándose en la antropología, la psicología y la estadística criminal, así como el Derecho Penal y los estudios penitenciarios, llega a ser la ciencia sintética de los delitos y las penas.
Se ocupa sólo de la relación que existe entre el autor del delito, como sujeto activo, con la sociedad.
La sociología criminal se diferencia de la sociología general en que, mientras la primera se ocupa únicamente del fenómeno de la criminalidad, la segunda estudia todos los fenómenos en general que influyen y modifican el desarrollo y progreso evolutivo del organismo social.
La infracción es un término que significa la violación de una ley o de un precepto de la autoridad, por lo que se incurre en una sanción penal.
Arguye Ferri que la sociología criminal es una ciencia positivamente de observación, realista.
La considera como síntesis y fundamento de las ciencias anteriormente enumeradas y aún del Derecho Penal.
Por último Ferri, elabora una clasificación de los delincuentes desde el punto de vista de su constitución física, más bien de sus funciones orgánicas y psíquicas. Cree que el tipo del criminal nato es característico que el criminal habitual encuentra en el media social las circunstancias propicias que accionan sobre su anormalidad para llegar a la comisión del acto delictuoso,
como el loco y el congénito, que carecen del sentimiento social y moral.
Asegura también que los delincuentes pasionales y por ocasión, se caracterizan por su escaso dominio para evitar en determinado momento la realización de un delito.
Quien delinque, dice Ferri, lo hace presa de una anormalidad ya congénita o adquirida.
Buscar las causas que originen el delito es la misión de la Criminología, síntesis de la ciencia del delincuente y de la ciencia de la sociedad en relación con el delito.
Maxwel hace un ligero resumen sobre el aspecto social de la criminalidad, en su obra “El Crimen y la Sociedad”. El carácter esencial de todo acto criminal dice, es el de ser definido por la ley escrita o consuetudinaria y el de tener señalada una sanción represiva. Este carácter no es absoluto, sino relativo, pues varía de acuerdo con las costumbres que profese cada sociedad. Los actos que antiguamente se castigaban con la pena de muerte, hoy no se castigan, y al contrario, actos que anteriormente no se castigaban, hoy se castigan con penas demasiado severas.
La noción de la criminalidad de un acto, depende del juicio que se haya formado la mayoría de los miembros del grupo social, acerca del acto que se ha reputado como criminoso; la opinión de la mayoría es un término medio y corresponde a las ideas y sentimientos aceptados por la mayor parte de los ciudadanos. Toda idea o acto contrario a esa opinión son considerados como punibles y, por consiguiente, criminales. Pero todo depende de haberse expresado la idea o cumplido el acto. La concepción de la criminalidad es esencialmente relativa, y su realidad está en relación con cada una de las sociedades existentes y con el grado de evolución de las mismas.
Como consecuencia de lo anteriormente expuesto, es fácil concluir que la concepción de la criminalidad no puede tener una uniformidad variable, su uniformidad es apenas aparente y sus elementos esencialmente variables como todo ser viviente, están sometidas a la benéfica ley de la evolución. La evolución en una sociedad se manifiesta de diferentes maneras: ella prepara a veces la modificación de ciertos caracteres étnicos y la acción de condiciones comunes dotadas de energía sobre la plasticidad de los seres. Este hecho es más fácil de observar que el de la evolución intelectual mucho más importante desde el punto de vista criminológico. El cambio rápido y sorprendente que algunas veces se lleva a cabo en los sentimientos e ideas de un pueblo, es un fenómeno de observación fácil, permanece como indeleblemente grabado sobre las ideas que ese mismo pueblo se ha formado acerca de la criminalidad. Estas modificaciones en la conciencia pública, tienen como resultado trascendental, elevar ciertos actos a la categoría de criminosos, como también el de dar ese carácter a otros actos que, hasta cierto tiempo, habían permanecido como indiferentes a la luz de la justicia.
En un movimiento incesante, la opinión pública se encarga de clasificar y desclasificar las infracciones, y llega muchas veces hasta inventar nuevos delitos; si nosotros llamamos progreso este movimiento, este intento de cambiar las costumbres existentes, sin prejuzgar si estas designaciones son verdaderas de una manera absoluta, tenemos que reconocer necesariamente en la aparente uniformidad de la criminalidad en una época y en una sociedad determinada, dos elementos bien diferentes el uno corresponde a aquellas infracciones a las que el progreso conservará su naturaleza criminal, y el otro, a aquellas que, por el progreso, pierden la citada naturaleza. Se pueden citar ciertos actos que teniendo en cuenta el lugar, tiempo y época fueron actos de marcado carácter criminoso y que el tiempo los ha tomado en grandes virtudes. Sócrates quien fue un criminal a los ojos de los jueces Atenienses y condenado a tomar la cicuta, ha permanecido en la historia como un modelo de virtudes. Otro ejemplo lo encontramos en Galileo, condenado a retractarse por lo que había escrito acerca del movimiento de la Tierra. El fenómeno inverso se observa en la reprobación del poder social al delito criminoso, el cual es más terrible hoy que en épocas anteriores.
En realidad, la noción del acto de carácter criminal es contingente y relativa. Garófalo trata de establecer el delito natural y lo define en relación con la piedad y la probidad, porque, por la evolución, estos sentimientos se vuelven criminales y es preciso que ellos hieran, no sólo la parte superior y más noble de los demás sentimientos, sino aún, en la proporción misma y en el aprecio de que gozan dentro de la misma comunidad, ya que esto es indispensable para la adaptación del individuo en la sociedad.
La criminalidad según algunos autores, puede definirse, como el mayor o menor grado de nocividad que sobre un acto se forme juiciosamente, la mayoría consciente, de un conglomerado social.
La criminalidad, entendiendo por tal concepto la infracción de la ley penal, se nos revela como un fenómeno de la naturaleza social, en el sentido de ser el fruto de la vida en sociedad, pues el hombre en el estado de aislamiento absoluto, no podría llegar a ser un criminal, pues el individuo en estas condiciones gozará de derechos absolutos sin deberes correlativos, y su conducta no podría ser considerada ni social ni antisocial. La voluntad del individuo criminal pierde el sentimiento de la solidaridad y se coloca en franca rebeldía contra esa voluntad colectiva expresada por medio de una ley, un hábito o una costumbre.
¿Estando en el más completo aislamiento, puede el peor de los criminales cometer un asesinato? Seguramente que no, pues para que exista el delito es menester la presencia de un agresor y una víctima.
Por todo lo hasta aquí expuesto, es un hecho innegable que el crimen, social en su origen, se torna antisocial en sus consecuencias.
En la criminalidad podemos observar un verdadero conflicto de voluntades: de un lado, la voluntad perversa del hombre delincuente, siempre dispuesto a atentar contra la vida, honra y bienes de sus conciudadanos, y de otro lado, la voluntad de la colectividad, siempre alerta a defender no sólo el patrimonio económico sino también el patrimonio moral de todos los elementos que la constituyen.
La infracción es, pues, el producto de dos factores: factor individuo y factor sociedad. Cada uno de estos factores tiene una acción propia y caracterizada en la evolución y producción del fenómeno sociológico y criminal.
Para facilitar el manejo de esta terminología y dejar establecida la mutabilidad de los factores preparatorios o preparantes como de los promotores y desencadenantes, construiremos una situación hipotética: Supongamos el caso de un individuo heredosifilítico; como es bien sabido esta enfermedad contribuye a las degeneraciones orgánicas y mentales, las cuales pueden ser evolutivas; favorables o negativas, en este último caso sin embargo, pueden no ocasionar alienación (predisponente genérico); con el desarrollo de un niño de este tipo se advierten anormalidades del carácter las cuales, son sumamente variables y por sólo mencionar algunas de ellas: hipermotividad, autismo, distimia y psicosis según sea el caso, que son propiamente ya un predisponente específico; continuemos con nuestra hipotética abstracción siempre enfocada al ángulo del crimen, y supongamos que este niño amén de las anormalidades de tipo orgánico y mental que padece se desarrolla en un medio negativo de bajos o nulos valores morales; con familia paupérrima, disgregada y con marcada anomia, etc.: la fase anterior puede verse agravada por desocupación, pandillerismo, alcoholismo o drogadicción (preparantes o secundarios).
Bajo esta situación particular, ante determinados estímulos (que son los que fungen como desencadenantes), se obtiene la respuesta distinta a la que daría una persona “normal” ante determinadas situaciones; por ejemplo: para allegarse medios fáciles y conseguir el alcohol o la droga se ofrecen varios caminos;
el del robo o el fraude según sea el caso, el lenocinio o corrupción de los menores, el de mendicidad la cual en sí no constituye delito (por lo menos en lo que toca a nuestra legislación), pero que en un momento determinado y ante la esterilidad de sus intentos, puede sustituir por el asalto o por la agresión que lo conduzca a la lesión o al mismo homicidio.
Así hemos podido advertir también que los factores son mutables según el caso de que se trate; solamente los factores predisponentes son constantes ya que son los factores endógenos, internos, individuales, constitucionales, orgánicos por excelencia.
Por eso es importante este estudio de la violación, por los análisis anteriores.
5. Breve comentario de la familia
Una visión sociológica de la familia ha de contribuir necesariamente al enfoque de los problemas que tiene planteados.
En primer lugar hemos de considerar que la familia es una institución natural; nace de manera espontánea donde quiera que haya hombres. No espera para aparecer a que el Estado le asigne un estatuto jurídico. En un principio, en la mayoría de las sociedades la familia existía sin intervención alguna del Estado y se regía tan sólo por las costumbres tradicionales.
Hemos de tener en cuenta que mucho antes de que las sociedades civiles se construyeran, y que el Estado y los gobiernos se identificasen con la vida de la humanidad, los hombres se reunieron en sociedad, en pequeños grupos, constituyendo la familia, como embrión de toda norma social. Esta primaria significación, es puesta de manifiesto por la doctrina dominante cuando señala que: “La familia en todos los tiempos ha sido y es la verdadera célula de la sociedad y piedra angular del ordenamiento social; no sólo porque constituye un grupo natural e irreductible, que tiene por especial misión la de asegurar la reproducción o integridad de la vida humana, sino porque,
además en su seno se forman y desarrollan los sentimientos de solidaridad, tendencias altruistas y virtudes que ha desempeñado un papel importante formativo del hombre, en orden a su ulterior desarrollo ultrafamiliar, en el ámbito social.
Las investigaciones efectuadas en materia de delincuencia demuestran ampliamente como el sentimiento de inseguridad, consecuencia de la falta o insuficiencia en la vigilancia afectiva de la primera infancia, es un potente factor determinante en el individuo.
Las estadísticas y también las investigaciones sociológicas han puesto de relieve la influencia del ambiente familiar en la delincuencia juvenil como el factor primordial de ésta tiene su base en la inestabilidad familiar y de ahí es donde proviene este tipo de delito (violación) que es el tema que nos ocupa.
El hombre, en contra posición al animal, cuando se encuentra en presencia de un fin, abstrae de las cosas que conoce, el carácter común de medios para conseguirla y aún, entre los medios mismos atrae y elige aquellos más eficaces para alcanzar el fin propuesto.
Este es el fin que persigue la humanidad.
El fin para ser tal, debe ser alcanzable mediante el concurso de la comunidad, y se necesita además, que exista para alcanzar el mencionado fin, una voluntad común que quiera los medios que mejor conduzcan a él.
Esto es, lo que constituye la razón de que la sociedad exista.
La naturaleza misma de la personalidad humana, las propiedades intrínsecas del ser racional, como animal social que es, al decir de Arist6teles, exigen e imponen al hombre como ley ineludible y natural, el hecho de vivir en sociedad.
Augusto Comte estableció claramente la naturaleza social del hombre.
“El conglomerado social no tiene por base al individuo sino a la familia, pues toda célula tiene que ser homogénea con el organismo del cual forma parte. El individuo no puede ser el embrión de la sociedad. Este es la familia”.
Así pues, considerando a la familia como la sociedad más antigua, y la única natural, se infiere
la existencia de derechos y obligaciones mutuos, que no le fueron otorgados por poder extraño alguno, sino que se deben a la misma naturaleza.
Es evidente que la familia no podrá por sí sola satisfacer las necesidades de la persona humana; la sociedad capaz de satisfacer esas necesidades es la sociedad civil, ya que es la única que puede disponer de los elementos necesarios para cumplir satisfactoriamente su cometido.
6. Resumen
Sociología Criminológica
Antes de definir la Sociología, quisiera señalar que ésta no pretende de ninguna manera servir de guía, ni mucho menos dirigir la vida de las sociedades, sino que su función se limita a realizar un estudio ordenado y científico del desarrollo de dichas sociedades, en las cuales, el delito es parte fundamental.
Concluyo esto, tomando en cuenta a varios tratadistas que de manera general definen a la sociología como la ciencia del desarrollo de las sociedades humanas. Esta aplicada al concepto de sociedad criminal, sería “la ciencia descriptiva que realiza el estudio de la historia natural de la delincuencia”, esto es, que estudia los caracteres individuales del delincuente con el fin de determinar las causas del delito y su grado de temibilidad social.
Según Enrico Ferri, la sociología criminal es una ciencia de observación positiva que, fundamentándose en la Antropología, la Psicología, la Estadística Criminal, el Derecho Penal y los estudios penitenciarios, llega a ser la ciencia sintética de los delitos y las penas.
Ferri clasifica al delincuente desde el punto de vista de su constitución física, esto es, de sus funciones orgánicas y psíquicas, considera que el tipo de criminal nato es característico, que encuentra en el medio social las circunstancias favorables que hacen accionar su problema anormal para llegar a la comisión del delito; asegura que en el caso de delincuentes pasionales se caracterizan por su falta de dominio para evitar la realización del delito y que quien delinque, lo hace presa de una anormalidad ya adquirida o congénita.
Para Garófalo, también la criminalidad tiene su gestión en el ambiente social, por lo que toda misión represiva del delito debe tener en cuenta que la criminalidad es un fenómeno social; buscar causas que originen el delito es la misión de la Criminología, síntesis de la ciencia del delincuente y de la ciencia de la sociedad con relación al delito.
En la criminalidad podemos observar un verdadero conflicto de voluntades, por un lado la voluntad perversa del hombre delincuente siempre dispuesto a atentar contra la vida, honra y bienes de sus conciudadanos, y del otro lado, la voluntad de la colectividad, siempre alerta a defender el bien jurídico tutelado de todos los elementos que la constituyen.
La infracción es, pues, el producto de dos factores, individuo y sociedad, cada uno de estos factores tiene una acción propia y caracterizada en la evolución y producción del fenómeno sociológico y criminal.
Los estudios de la delincuencia y el crimen, creo que se deben centrar en sus orígenes psicológicos y ambientales, en el conflicto entre padres e hijos, las modernas condiciones de la vida familiar y la falta de relaciones primarias; la delincuencia es o puede ser un síntoma de impotencia económica y política de los jóvenes en una cultura que desprecia la inepcia y concede una gran importancia a los títulos educacionales.
El ideal rehabilitativo, debe hacerse para investigar los orígenes del comportamiento criminal y delincuente dentro de individuos o medio ambiente determinado y no en los organismos oficiales constituidos del derecho penal sino en el desarrollo de la personalidad y la socialización que conduce al crimen.
Bentham afirma que todo castigo es malo, pues es un daño, y que en caso de ser admitido solo se debería hacer para excluir un mal mayor y como un medio para asegurar la tranquilidad de la mayoría, coincido con él, pues en mi opinión el “criminal por naturaleza” se debe excluir de nuestro lenguaje pues considero que una educación debida podría contrarrestar las imposiciones de una vida familiar deficiente, de un medio ambiente corrupto y promiscuo, de hacinamiento y pobreza, adicciones al alcohol o drogas con la consecuente pérdida de valores tanto morales como religiosos y sociales, en resumen, considero que con la implementación de programas escolares de psicología infantil desde la escuela primaria, tendientes a detectar los problemas que pudieran presentar los menores en sus casas observando sus actitudes de comportamiento en el aula escolar, su precocidad, sus tendencias, etc., se podría evitar el que estas niños se convirtieran en futuros delincuentes tan en boga en la actualidad para mala fortuna de nuestra sociedad, en donde probablemente ésta tenga una gran parte de culpa por ser tan insensible a un problema tan grave como lo es atención y prevención de la delincuencia.
7. Bibliografía
Derecho Penal Mexicano, Raúl Carranca y Trujillo, Porrua México, 1982.
“Sociología Criminal” Tomo I, Siglo XXI, 1977.
“La Criminología”, Rodríguez Manzanera, Porrua, México, 1979.
“La Familia Según el Derecho Natural”, Herder, Barcelona, 1967.
“Los Delitos Contra La Familia”, Montecorvo, 1973.
“Endocrinologia y Criminalidad”, Capitulo I, Leopoldo Baeza y Aceves
“Derecho Penal Mexicano”, Tomo III, Gonzalo De La Vega, Porrua, 1974.
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