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Tomado de:
http://es.geocities.com/antropokrisis/biospencer.htm
Herbert Spencer 1820-1903
Dos ideas dominaron la vida de Herbert Spencer: la de la evolución, para la cual inventó el término «supervivencia de los más dotados», y la de la libertad personal.
Sus contemporáneos lo describieron como terco, independiente e intelectualmente superambicioso. No obstante, Spencer siempre se mantuvo firme en sus convicciones. Era un hombre de poca pretensión; se negaba a asistir a funerales, se burlaba de los honores académicos y desdeñaba la pompa del gobierno. La obsesión de su vida fue explicar toda la naturaleza como un sistema materialista sincronizado.
Nacido en Derby, Inglaterra, Herbert fue el único hijo que sobrevivió a la infancia. Su padre era un maestro, con unos planteamientos sociales y religiosos progresistas; su madre era una mujer tranquila y conformista. Spencer fue animado a seguir con su interés por la ciencia, particularmente por la historia natural, la fisica y la química, con exclusión de la historia y los clásicos. De modo que sus contemporáneos pensaron que estaba insuficientemente educado.
Tenía dieciséis años cuando finalizó su escolarización formal. Volvió a casa y durante un tiempo fue ayudante de profesor. Más tarde se convirtió en ingeniero de construcción ferroviaria y durante este período intentó inventar cosas y publicó unos cuantos artículos técnicos. Del ferrocarril cambió su interés hacia la teoría política -siendo sus principales preocupaciones limitar las funciones del Estado y conseguir el sufragio universal y una total separación de la Iglesia y el Estado.
Cuando tenía veintiocho años se convirtió en subeditor de un periódico, The Economist y, poco después, publicó su primer libro, Social Status.
Los puntos principales del libro eran:
1) que «todo hombre tiene libertad para hacer todo lo que desea mientras no infrinja la igual libertad de cualquier otro hombre»;
2) que las funciones de cualquier Estado deberían estar limitadas a deberes políticos domésticos y a la protección de agresión extranjera a través de servicios armados; y
3) que es natural que el individuo, a través de su «capacidad de adaptación» se mueva sin final hacia un estado de «ajuste perfecto». Afirmó que «el progreso... no es un accidente, sino una necesidad».
Spencer publicó un artículo anónimo en 1852 -siete años antes de la publicación de Origin of Species, de Darwin- defendiendo la teoría de la evolución orgánica. En 1855 llegó Principles of Psychology, en el que basó condiciones mentales en propiedades físicas y químicas particulares. Ya que esta opinión no fue popular (por no decir escandalosa) y realmente mostró su limitada educación y aversión por la lectura, fue condenada universalmente.
Dos años mas tarde, Spencer empezó a formular su sistema filosófico. Se basaba en la evolución y previó -por lo menos diez décadas antes de que fuese finalmente aceptado- que una teoría de la evolución puede abarcar todos los fenómenos de la naturaleza. Para financiar la publicación de su escrito, vendió 600 suscripciones a una serie llamada Descriptive Sociology. El primer trabajo en la serie, First Principles, apareció en 1862. Mientras tanto había publicado Education, otro libro «escandaloso», en el que defendía el desarrollo natural de la inteligencia del niño, la importancia del interés del aprendiz y la idea de que, enseñar a un niño a través de la libertad y la experiencia, funciona mejor que a través de las órdenes y del castigo.
Principles of Biology, que se publicó en 1864, fue el resultado de la colaboración directa con Thomas HuxIey. En él abogaba por influencias ambientales directas en el organismo y una tendencia de la evolución hacia el equilibrio.
Spencer, a menudo enfermo, fue siempre hipocondriaco. Después de 1866, su vida discurrió casi únicamente entre asociaciones intelectuales y un viaje anual a Escocia. Al sufrir algún tipo de «sobrecarga mental», Spencer se vio continuamente forzado a buscar la diversión. Pero él dictaba durante los descansos cuando estaba remando; recopiló una gran autobiografia; ayudó a fundar la Liga AntiAgresión; visitó Estados Unidos y escribió Man Versus the State -todo a pesar de su aparente delicada salud.
Spencer vivía periódicamente en la miseria; vivió de ganancias inesperadas, tales como legados de su padre y de su tío, y regalos de seguidores leales. Empezó a recoger algún provecho de su trabajo hacia 1871. Hubo períodos posteriores de miseria, pero cuando murió dejó una considerable suma para continuar Descriptive Sociology.
Spencer contrató a tres eruditos cuando empezó a escribir su monumental Principles of Sociology. Su trabajo era leer y recopilar datos sobre gentes primitivas sobre las que Spencer pudiese escribir. Durante el mismo período usó ese material para su Descriptive Sociology, de varios volúmenes, y escribió el Study of Sociology, en el que hace consideraciones sobré algunos de los problemas con que se enfrenta un científico social. Finalmente, Principles of Sociology empezó a aparecer en 1877; el último volumen se publicó en 1896.
Spencer fue muy conocido por su comparación de la sociedad con un organismo y su creencia de que el Estado debía ser mantenido sólo en interés de sus ciudadanos. Postuló otra era industrial (basada en el contrato), a la cual la militar dio paso en algunos lugares.
La creciente mala interpretación de sus criterios amargó los últimos años de Spencer. La apreciación de sus logros surgió en el último tercio del siglo xx.
Spencer es considerado como el filósofo de la evolución. Esta idea sobre él ha sido tan arrolladora que sus otras contribuciones a la teoría de las ciencias sociales, normalmente, se ignoran. Realmente, su «filosofia sintética» se ha olvidado en gran manera. Que un autor como Spencer pueda ser tan relegado a nuestro inconsciente es verdaderamente paradójico -y más porque él formuló muchos de los términos que hoy se usan-. Él fue quien primero usó como términos técnicos palabras como superorgánico, función, estructura y sistema. También se encuentran en Spencer los orígenes del funcionalismo estructural -un hecho que se olvidó durante las muchas décadas en que estaba asumido que la evolución y el funcionalisino estaban opuestos.
Spencer, como filosófico sintético, no estaba interesado en las ciencias sociales solas; estaba interesado en todas las ciencias. Tenía un interés muy especial por la biología. Fue Spencer, no Darwin, quien formuló «la supervivencia de los más dotados» -aunque realmente fueron Wallace y Darwin quienes detallaron los mecanismos biológicos en funcionamiento.
Más importante para el antropólogo, Spencer retuvo el modelo del organismo biológico como la base para el entendimiento de la esfera social. Spencer vio el organismo como modelo para la sociedad de dos modos: 1) una sociedad representa un sistema que tiene estructuras y funciones; y 2) una sociedad representa un cierto nivel de evolución social, determinado sobre la base de su diferenciación estructural. Esta aproximación a la sociedad representa obviamente el pensamiento por analogía -la analogía orgánica que trata la sociedad como un organismo biológico- Se dice que los procesos que son válidos para la biología -evolución, función, estructura y homeostasis lo son para la lógica social. Aunque analogía no es identidad.
Según Spencer, el universo se puede explicar solamente en términos evolutivos. La sociedad, afirmó, empezó como un sistema (organismo) no diferenciado y simple. A través de la evolución, las sociedades (obsérvese el cambio de singular a plural --es de Spencer-) desarrollaron estructuras especializadas (por ejemplo, el gobierno) para representar funciones especializadas (por ejemplo, coordinar todo el sistema). Cuanto más diferenciada estructural y funcionalmente está una sociedad, tiene un lugar más avanzado en una taxonomía evolutiva.
De este tipo de razonamiento Spencer desarrolló dos esquemas diferentes y separados de taxonomía social. Son peores que inadecuados, ambos teóricamente y desde el punto de vista de la utilización de datos. Pero fueron un comienzo importante.
Como se ha observado, Spencer también usó el término superorgánico, el cual tiene su propio lugar en la teoría antropológica tal y como se desarrolló en los escritos de autores como Edward Sapir y Alfred Louis Kroeber. En los escritos de Spencer lo superorgánico se refiere a ideas que sobrepasan lo individual. Es a través de lo superorgánico, según Spencer, que la acción coordinada humana es posible. Con esta idea, Spencer tiende al concepto de cultura; realmente, si en la oración anterior se sustituye la palabra cultura, el significado de la oración se hace claro. El término, por supuesto, es primo hermano de la consciencie collective de Emile Durkheim, otra gran lucha para hablar sobre cultura sin un concepto de cultura.
A pesar de la total dedicación de Spencer a la conceptualización evolutiva, debe observarse que la teoría evolutiva moderna proviene más directamente de Morgan que de Spencer. Pero parece que el funcionalismo estructural tiene fuertes raíces en los criterios de Spencer sobre estructura, función, organismo y evolución.
(De Antropología. Lecturas. Paul Bohannan. Ed. McGrawHill)
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Tomado de:
http://es.geocities.com/antropokrisis/biospencer.htm
Herbert Spencer 1820-1903
Dos ideas dominaron la vida de Herbert Spencer: la de la evolución, para la cual inventó el término «supervivencia de los más dotados», y la de la libertad personal.
Sus contemporáneos lo describieron como terco, independiente e intelectualmente superambicioso. No obstante, Spencer siempre se mantuvo firme en sus convicciones. Era un hombre de poca pretensión; se negaba a asistir a funerales, se burlaba de los honores académicos y desdeñaba la pompa del gobierno. La obsesión de su vida fue explicar toda la naturaleza como un sistema materialista sincronizado.
Nacido en Derby, Inglaterra, Herbert fue el único hijo que sobrevivió a la infancia. Su padre era un maestro, con unos planteamientos sociales y religiosos progresistas; su madre era una mujer tranquila y conformista. Spencer fue animado a seguir con su interés por la ciencia, particularmente por la historia natural, la fisica y la química, con exclusión de la historia y los clásicos. De modo que sus contemporáneos pensaron que estaba insuficientemente educado.
Tenía dieciséis años cuando finalizó su escolarización formal. Volvió a casa y durante un tiempo fue ayudante de profesor. Más tarde se convirtió en ingeniero de construcción ferroviaria y durante este período intentó inventar cosas y publicó unos cuantos artículos técnicos. Del ferrocarril cambió su interés hacia la teoría política -siendo sus principales preocupaciones limitar las funciones del Estado y conseguir el sufragio universal y una total separación de la Iglesia y el Estado.
Cuando tenía veintiocho años se convirtió en subeditor de un periódico, The Economist y, poco después, publicó su primer libro, Social Status.
Los puntos principales del libro eran:
1) que «todo hombre tiene libertad para hacer todo lo que desea mientras no infrinja la igual libertad de cualquier otro hombre»;
2) que las funciones de cualquier Estado deberían estar limitadas a deberes políticos domésticos y a la protección de agresión extranjera a través de servicios armados; y
3) que es natural que el individuo, a través de su «capacidad de adaptación» se mueva sin final hacia un estado de «ajuste perfecto». Afirmó que «el progreso... no es un accidente, sino una necesidad».
Spencer publicó un artículo anónimo en 1852 -siete años antes de la publicación de Origin of Species, de Darwin- defendiendo la teoría de la evolución orgánica. En 1855 llegó Principles of Psychology, en el que basó condiciones mentales en propiedades físicas y químicas particulares. Ya que esta opinión no fue popular (por no decir escandalosa) y realmente mostró su limitada educación y aversión por la lectura, fue condenada universalmente.
Dos años mas tarde, Spencer empezó a formular su sistema filosófico. Se basaba en la evolución y previó -por lo menos diez décadas antes de que fuese finalmente aceptado- que una teoría de la evolución puede abarcar todos los fenómenos de la naturaleza. Para financiar la publicación de su escrito, vendió 600 suscripciones a una serie llamada Descriptive Sociology. El primer trabajo en la serie, First Principles, apareció en 1862. Mientras tanto había publicado Education, otro libro «escandaloso», en el que defendía el desarrollo natural de la inteligencia del niño, la importancia del interés del aprendiz y la idea de que, enseñar a un niño a través de la libertad y la experiencia, funciona mejor que a través de las órdenes y del castigo.
Principles of Biology, que se publicó en 1864, fue el resultado de la colaboración directa con Thomas HuxIey. En él abogaba por influencias ambientales directas en el organismo y una tendencia de la evolución hacia el equilibrio.
Spencer, a menudo enfermo, fue siempre hipocondriaco. Después de 1866, su vida discurrió casi únicamente entre asociaciones intelectuales y un viaje anual a Escocia. Al sufrir algún tipo de «sobrecarga mental», Spencer se vio continuamente forzado a buscar la diversión. Pero él dictaba durante los descansos cuando estaba remando; recopiló una gran autobiografia; ayudó a fundar la Liga AntiAgresión; visitó Estados Unidos y escribió Man Versus the State -todo a pesar de su aparente delicada salud.
Spencer vivía periódicamente en la miseria; vivió de ganancias inesperadas, tales como legados de su padre y de su tío, y regalos de seguidores leales. Empezó a recoger algún provecho de su trabajo hacia 1871. Hubo períodos posteriores de miseria, pero cuando murió dejó una considerable suma para continuar Descriptive Sociology.
Spencer contrató a tres eruditos cuando empezó a escribir su monumental Principles of Sociology. Su trabajo era leer y recopilar datos sobre gentes primitivas sobre las que Spencer pudiese escribir. Durante el mismo período usó ese material para su Descriptive Sociology, de varios volúmenes, y escribió el Study of Sociology, en el que hace consideraciones sobré algunos de los problemas con que se enfrenta un científico social. Finalmente, Principles of Sociology empezó a aparecer en 1877; el último volumen se publicó en 1896.
Spencer fue muy conocido por su comparación de la sociedad con un organismo y su creencia de que el Estado debía ser mantenido sólo en interés de sus ciudadanos. Postuló otra era industrial (basada en el contrato), a la cual la militar dio paso en algunos lugares.
La creciente mala interpretación de sus criterios amargó los últimos años de Spencer. La apreciación de sus logros surgió en el último tercio del siglo xx.
Spencer es considerado como el filósofo de la evolución. Esta idea sobre él ha sido tan arrolladora que sus otras contribuciones a la teoría de las ciencias sociales, normalmente, se ignoran. Realmente, su «filosofia sintética» se ha olvidado en gran manera. Que un autor como Spencer pueda ser tan relegado a nuestro inconsciente es verdaderamente paradójico -y más porque él formuló muchos de los términos que hoy se usan-. Él fue quien primero usó como términos técnicos palabras como superorgánico, función, estructura y sistema. También se encuentran en Spencer los orígenes del funcionalismo estructural -un hecho que se olvidó durante las muchas décadas en que estaba asumido que la evolución y el funcionalisino estaban opuestos.
Spencer, como filosófico sintético, no estaba interesado en las ciencias sociales solas; estaba interesado en todas las ciencias. Tenía un interés muy especial por la biología. Fue Spencer, no Darwin, quien formuló «la supervivencia de los más dotados» -aunque realmente fueron Wallace y Darwin quienes detallaron los mecanismos biológicos en funcionamiento.
Más importante para el antropólogo, Spencer retuvo el modelo del organismo biológico como la base para el entendimiento de la esfera social. Spencer vio el organismo como modelo para la sociedad de dos modos: 1) una sociedad representa un sistema que tiene estructuras y funciones; y 2) una sociedad representa un cierto nivel de evolución social, determinado sobre la base de su diferenciación estructural. Esta aproximación a la sociedad representa obviamente el pensamiento por analogía -la analogía orgánica que trata la sociedad como un organismo biológico- Se dice que los procesos que son válidos para la biología -evolución, función, estructura y homeostasis lo son para la lógica social. Aunque analogía no es identidad.
Según Spencer, el universo se puede explicar solamente en términos evolutivos. La sociedad, afirmó, empezó como un sistema (organismo) no diferenciado y simple. A través de la evolución, las sociedades (obsérvese el cambio de singular a plural --es de Spencer-) desarrollaron estructuras especializadas (por ejemplo, el gobierno) para representar funciones especializadas (por ejemplo, coordinar todo el sistema). Cuanto más diferenciada estructural y funcionalmente está una sociedad, tiene un lugar más avanzado en una taxonomía evolutiva.
De este tipo de razonamiento Spencer desarrolló dos esquemas diferentes y separados de taxonomía social. Son peores que inadecuados, ambos teóricamente y desde el punto de vista de la utilización de datos. Pero fueron un comienzo importante.
Como se ha observado, Spencer también usó el término superorgánico, el cual tiene su propio lugar en la teoría antropológica tal y como se desarrolló en los escritos de autores como Edward Sapir y Alfred Louis Kroeber. En los escritos de Spencer lo superorgánico se refiere a ideas que sobrepasan lo individual. Es a través de lo superorgánico, según Spencer, que la acción coordinada humana es posible. Con esta idea, Spencer tiende al concepto de cultura; realmente, si en la oración anterior se sustituye la palabra cultura, el significado de la oración se hace claro. El término, por supuesto, es primo hermano de la consciencie collective de Emile Durkheim, otra gran lucha para hablar sobre cultura sin un concepto de cultura.
A pesar de la total dedicación de Spencer a la conceptualización evolutiva, debe observarse que la teoría evolutiva moderna proviene más directamente de Morgan que de Spencer. Pero parece que el funcionalismo estructural tiene fuertes raíces en los criterios de Spencer sobre estructura, función, organismo y evolución.
(De Antropología. Lecturas. Paul Bohannan. Ed. McGrawHill)
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