23.4.08

Marroquín: reseña biográfica

En esta reseña biográfica del Doctor Alejandro Dagoberto Marroquín (no debe confundirse con un pariente suyo del mismo nombre y Diputado por el Partido de Conciliación Nacional, PCN, en la actual Asamblea Legislativa de El Salvador) se destaca la importancia de sus contribuciones a la Ciencia Social en general y a la antropología y la etnografía en particular.

Queremos puntualizar que Marroquín realizó un estudio (no recordado en esta nota biográfica) señero en la sociología salvadoreña y centroamericana, denominado "Apreciación Sociológica de la Independencia". En este trabajo Marroquín establece con acusiosidad las motivaciones económicas personales que tuvieron algunos líderes salvadoreños en el proceso de la Independencia de España, incluidos algunos curas. En términos de historia del mérodo de la sociología latinoamericana probablemente pueda decirse que este estudio es un antecedente de otro, también señero y de más extensión y precisión, en el campo de la Sociología Histórica. Nos refereminos a la obra de Severo Martínez Pelaez, investigador guatemalteco, que escribió "La Patria del Criollo".

Los dos estudios tienen una metodología de investigación social que podría decirse está basada en el "determinismo económico". Sin embargo los argumentos no estan desarrollados con la rigidez mecánica, lineal y menos no probada de cómo los intereses materiales afectan el comportamiento social; son estudios que crearon categorías (modo de producción colonial, por ejemplo) y fundamentos metodológicos (la base material de vida individual y su impacto en el todo social) en la investigación sociológica. Y por ello son estudios determinantes en nuestra Sociología y probablemente en la Sociología Universal.

A continuación la reseña biográfica del Doctor Alejandro Dagoberto Marroquín.


En:

http://www.ecumenico.org/leer.php/1058

03/10/2006

Alejandro Dagoberto Marroquín (1911-1977)
(en el marco del VI Congreso Centroamericano de Antropología)

Carlos Benjamín Lara Martínez

Alejandro Dagoberto Marroquín es el antropólogo más destacado de El Salvador y uno de los científicos sociales de mayor influencia en toda Centroamérica. Nacido en 1911 en la ciudad de San Salvador, desde muy temprana edad se destaca como un agudo estudioso de los fenómenos socioculturales. En la Universidad de El Salvador, recibe la Medalla de Oro como el mejor alumno de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

Fue catedrático de diversas universidades: en las Facultades de Ciencias Económicas, Jurisprudencia y Humanidades de la Universidad de El Salvador; y en las Facultades de Jurisprudencia y Economía de la Universidad de Honduras. También realizó actividad docente en la Escuela Nacional de Antropología e Historia de México, siendo maestro de destacados antropólogos, como del Doctor Andrés Medina Hernández. En la Escuela Superior de Medicina Sanitaria de México, impartió la materia de Antropología Social, precisamente por su interés de abordar los problemas de salud como procesos socioculturales. Y en los Estados Unidos de América, impartió cátedra en la Universidad de Illinois.

Su labor profesional fue también destacada en la creación y consolidación de instituciones que impulsan el desarrollo de la antropología y de las ciencias sociales en Centroamérica y México. Fue Decano de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de El Salvador y fundador del Departamento de Ciencias Sociales de esta misma universidad. Fue miembro fundador del Instituto Nacional Indigenista de México y director del Instituto Indigenista Interamericano.

Se destaca como uno de los investigadores sobre poblaciones indígenas más importantes del continente americano.

En México, su estudio LA CIUDAD MERCADO (TLAXIACO) es de gran valor para comprender la dinámica sociocultural de las Mixtecas, las cuales, de acuerdo con Aguirre Beltrán, “constituyen una unidad física y cultural” (1957, 7). El libro del Doctor Marroquín representa en la actualidad un material etnográfico de gran valor para aquellos que quieran profundizar en la vida social y cultural de las poblaciones indígenas de las Mixtecas.

En El Salvador, realiza las investigaciones sobre PANCHIMALCO y SAN PEDRO NONUALCO, ambos municipios en donde la presencia de poblaciones indígenas es de gran trascendencia.

En 1975, publica en América Indígena, la revista del Instituto Indigenista Interamericano, un artículo ya clásico para la antropología centroamericana, “El Problema Indígena en El Salvador”, el cual constituye un punto de partida para discutir la situación de las poblaciones indígenas y de las políticas indigenistas en El Salvador y Centro América.

Dagoberto Marroquín hizo ver la trascendencia de las poblaciones indígenas en la sociedad salvadoreña del siglo XX, en un momento en el que todos los académicos, funcionarios de gobierno y actores políticos, independientemente de la ideología que profesasen, negaban la existencia de estas poblaciones.

Dagoberto Marroquín no sólo señaló la existencia de las poblaciones indígenas en El Salvador, sino que también las estudió a profundidad y esclareció su papel en la configuración sociocultural de los municipios en donde habitan así como en la construcción de la sociedad y la cultura de la nación.

En sus estudios sobre PANCHIMALCO Y SAN PEDRO NONUALCO, el antropólogo salvadoreño muestra la vida social cotidiana de estos municipios, dando cuenta de la dinámica de la economía, la organización de la familia, la organización política y la vida religiosa. En otras palabras, desarrolla una visión holística o totalizadora en sus investigaciones sobre municipios con presencia de población indígena.

En el caso de Panchimalco, Marroquín sostiene que “la dicotomía ladino-indígena al subsistir a los cambios operados ahonda los problemas sociales, particularmente los de índole económica, pues rompe la homogeneidad y dificulta el esfuerzo común; tiende a perpetuar costumbres y modos de vida que no se acomodan a las nuevas estructuras económicas” (1974, 268).

En otras palabras, Marroquín demanda un tratamiento especial para impulsar el desarrollo social en aquellos municipios en donde la presencia indígena sigue siendo de trascendencia.

En su investigación sobre San Pedro Nonualco, el antropólogo salvadoreño detecta que el municipio ha experimentado un importante proceso de mestizaje étnico-cultural, desplazando la dicotomía étnica por una dicotomía de clase, basada en el poder socioeconómico de los “señores” del centro frente a la gente común de los barrios. Los indígenas se encuentran en los cantones (o comunidades rurales) pero incluso en estas áreas rurales los indígenas son minoritarios.

Es en este estudio que presenta por primera vez su concepto de lo indígena, definiéndolo como “una categoría económica-cultural históricamente condicionada. Nuestros indios son, ante todo, un estrato económico, el más bajo de todos en nuestra sociedad salvadoreña; su ocupación principal es la agricultura y su tecnología es atrasada, casi primitiva; sus ingresos bajos los mantienen muy próximos al nivel de la subsistencia biológica; por otra parte, a esa situación económica corresponde un mundo cultural singular conformado por una tradición histórica varias veces secular” (1964, 104).

Esta definición es depurada en su artículo: “El Problema Indígena en El Salvador”, en el cual establece que en el caso de El Salvador el indio puede concebirse como “una categoría socio-económica históricamente condicionada, constituida por los descendientes de los primeros pobladores de América, que por efecto de la conquista ibérica fueron reducidos a condiciones de aguda explotación, miseria, opresión e injusticia social, condiciones que, en lo esencial, se mantienen en dichos descendientes” (1975, 752).

Aunque esta definición de lo indígena puede discutirse con base en las investigaciones que posteriormente se han desarrollado sobre las poblaciones indígenas de El Salvador, es indiscutible que representó una primera caracterización de la problemática indígena en nuestro país y condicionó los estudios posteriores sobre el problema indígena en El Salvador y Centroamérica.

Pero Dagoberto Marroquín también caracterizó las etapas por las que ha atravesado la política indigenista en El Salvador.

Así, determinó tres grandes etapas con sus correspondientes sub-etapas:

1.- el indigenismo colonial, con sus tres sub-etapas:

(i) el indigenismo de exterminio;

(ii) el indigenismo de salvación;

(iii) y el indigenismo de explotación;

2.- la posindependencia, con cuatro sub-etapas:

(i) el indigenismo liberal;

(ii) el indigenismos romántico;

(iii) el indigenismo de explotación;

(iv) y el indigenismo de exterminio;

finalmente, Marroquín establece la tercera y última etapa, el indigenismo de negación, la cual predominaba cuando él desarrollaba sus trabajos de investigación y que se caracterizaba por la tendencia a invisibilizar a los pueblos indígenas.

Marroquín denunció esta última etapa y su trabajo fue útil para derrotar esta política indigenista. Actualmente, existe ya un reconocimiento de las poblaciones indígenas de El Salvador y se discute los derechos culturales y sociales de estos pueblos.

Por último, hay que señalar que uno de los temas privilegiados por Dagoberto Marroquín fue el de la antropología económica, a la cual dio grandes aportes. Su libro LA CIUDAD MERCADO (TLAXIACO) es fundamental para comprender el papel del comercio en la dinámica sociocultural de los municipios y las comunidades del área mesoamericana. También en PANCHIMALCO y en SAN PEDRO NONUALCO dio gran importancia a la vida económica de las poblaciones indígenas y ladinas de estos municipios.

Sin embargo, Marroquín siempre estudió la economía como parte de la dinámica sociocultural global, es decir, tomando como base una visión holística o totalizadora. En este sentido, Marroquín es también uno de los autores centrales de la antropología económica en Centroamérica y México.

En síntesis, Alejandro Dagoberto Marroquín es uno de los antropólogos y cientistas sociales más importantes de Centroamérica y del área mesoamericana.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Importante mensionar tambien...

16/12/2007
En 1958 conoci al Dr. Alejandro Dagoberto Marroquín...


SAN SALVADOR, 12 de diciembre de 2007 (SIEP) “Durante doce años trabaje con el Dr. Alejandro Dagoberto Marroquín. El era muy circunspecto, afable pero reservado...lo conocí hace ya cincuenta años, en 1958” nos comparte esta tarde la Licda. Lucía Moreno.

Agrega que “el Dr. Marroquín era un excelente orador, además muy organizado, y en su platica, clase o discurso iba ascendiendo hasta alcanzar el clímax, de la misma forma que las homilías de Monseñor Romero y con el estilo organizativo de Monseñor Rosa Chávez. Cronometrado, preciso, era una cátedra que uno disfrutaba, que uno saboreaba porque irradiaba mucha erudición, estilo impecable, además era un gran conversador... alguien que mezclaba la sabiduría con la disciplina. No tomaba ni fumaba.”

“Tuvo un hermano de nombre Gustavo, que murió alcoholizado y eso le provocó durante toda su vida un rechazo al alcohol. Este Gustavo fue el papá del actual diputado del PCN que lleva el nombre del Doctor.

“En sus relaciones él mantenía la distancia entre docente y alumno, entre maestro y discípulos...No obstante esto, hubo una persona que afirmó: “el Dagoberto es un amante, es un Otelo...”

“El Doctor, casado con Amparo Casamalhuapa, tuvo tres hijos: Rolando, que es medico, el segundo Alejandro, abogado como su padre pero que muere en 1980, trabajaban en la Corte Suprema de Justicia en una ofician de asuntos sociales que fue creada por la magistrada Dra. Aronette Vda. De Zamora; y Rosalía, psicóloga, orientada al gnosticismo...”

“Tenía 23 años cuando lo conocí, estaba en mi último año de la carrera de Filosofía y Letras, ya egresando, fue en 1958, el venía de México, de ser el subdirector del Instituto Indigenista Americano. Había ya participado con Roberto Redfield en la investigación de Tepoztlán, lo que le permitió realizar una especialidad (en es época no existían las maestrías) en Antropología en la Universidad de Iowa, USA.”

“Se de una docente que cuando leyó que la investigación sobre el mercado de Tlaxiaco había sido hecha en una semana, así dice en el libro, entonces ella dudo de su rigor académico. Pero lo que sucede es que en una semana se levanta la encuesta, después de diversas visitas. Nosotros hicimos esa experiencia con el estudio sobre Panchimalco, en la Semana Santa de 1958, en el que participe...”

“”El Doctor había regresado de México en 1957, junto con otros intelectuales y perseguidos políticos aprovechando el espacio abierto por el Coronel José María Lemus, de que pudieran regresar los exilados. Al llegar no le abrieron las puertas de la UES, estamos hablando del que fue considerado “uno de los 25 comunistas más buscados de América Latina” en esa época, eso hizo que aceptara una judicatura en La Unión. Fue hasta el año siguiente que pudo incorporarse a la Universidad...”

“El Doctor sufrió tres grandes exilios: el primero fue a finales de 1931, fue expulsado por el general Martínez y se fue para Uruguay, esto hizo que n participara en la insurrección de 1932 ya que regresó hasta el año 1935; y se incorporó a la lucha popular siendo asesor jurídico del principal sindicato de esa época, la Unión de trabajadores Ferrocarrileros, UTF, el segundo exilio fue en 1937, hacia México, siempre por el general Martínez y regresó hasta después de su derrocamiento en mayo de 1944; luego el tercero es de nuevo hacia México y regresa hasta el año 1957.”

“Entre los que regresaron del exilio en 1957 se encontraba también el Dr. Manuel Luís Escamilla, que vivía en Guatemala...y luego trabajaron juntos en la Facultad de Humanidades. El Doctor jugó un papel destacado en la Reforma Universitaria, impulsada por el Dr. Fabio Castillo en 1964. Había tres docentes que se contrapunteaban, disputaban con el Doctor. Estos eran los también doctores José Salvador Guandique, Pedro Geoffray Rivas y Julio Fausto Fernández.

“En 1958 la facultad de Humanidades tenía cuatro escuelas: Filosofía y Letras, Psicología, Educación y...fue él el que creó la escuela de Ciencias Sociales. Por eso yo creo que la facultad debe llamarse Alejandro Dagoberto Marroquín...Fue en 1958 que recibí con él la clase de sociología general y dos seminarios: el primero sobre Filosofía de América Latina y el segundo sobre Alberto Masferrer. En 1964 asume la dirección del departamento de Ciencias Sociales. Muy dinámico, creativo, infatigable.”

“El Doctor también fue profesor en la facultad de Economía y allí también dejo huella: creo el Instituto de Investigaciones Económicas, el INVE y su Revista, junto con Lito Menjivar, que estudiaba cuarto año de economía. El Doctor seleccionaba a sus apóstoles y fuimos tres sus asistentes: Humberto Velásquez, Obdulio Nunfio y Lucía Moreno.”

“Nunfio fue el primer sociólogo del país ya que el Doctor lo envió en 1966 a estudiar a FLACSO en Santiago de Chile...ese año del 66 el Doctor creó el programa de Ciencias Sociales para el CSUCA. Antes, en 1960 me había enviado a estudiar antropología a Ecuador, a la Universidad Eloy Blanco. Y luego estuve estudiando en México. De manera simplista son dos visiones: en ecuador se maneja el término nativos y en México el termino indígenas...De esto hay un gran trasfondo.”

“El Doctor promovía a sus estudiantes. En el 65 realizamos un seminario en Santa Rosa de Copan, Honduras. En el 67 pronunció una conferencia magistral sobre Reforma Agraria. Entre sus alumnos ya de Ciencias Sociales, en 1967 e encuentran los siguientes: Candido Romero, Querubina de Paz, Roberto Paredes, Delmy Burgos, Josefina Arana, Armando Mendoza y otros. También formó ese año la Asociación de Sociólogos Salvadoreños como un “espacio de profesores de ciencias sociales”. No se creo como gremio.”

“En el año 70 estaban ya los argentinos y Jacobo Waisefieldt creando la nueva izquierda en el movimiento estudiantil de la Universidad para oponerse a la izquierda tradicional del PCS. Estaban enfrentados. Y sucede la Huelga de Áreas Comunes y entonces el Doctor decide regresar a México. Creo que Schafik lo sacó de la UES. El no fue estalinista sino que respetaba las diferentes corrientes de pensamiento. Admiraba mucho a Masferrer.”

“Ese año de 1970 tiene lugar el famoso debate sobre marxismo y realidad nacional entre Jacobo y Schafik Handal. Ese año también habían llevado al departamento al dirigente comunista Miguel Mármol ya en su etapa mítica. Estaba también el Dr. Francisco Villagran Kramer.”

Unknown dijo...

Excelente información Evaristo. Voy a buscar sus trabajos porque justamente este es de mis mayores intereses. Saludos!